domingo, 18 de septiembre de 2016

Esta vida se puede comparar a estar nadando (existiendo) en el océano de la creación (el universo). Después de mucho nadar (existir), la persona termina ahogándose (se muere); y nadie se escapa de la experiencia de pasar por la muerte. Pero, Jesucristo dijo: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá» (San Juan 11:25). Eso es como si Jesucristo está conduciendo un barco en el océano de la creación; y él nos invitar a subirnos a su barco, trayéndonos una esperanza de seguir viviendo, aunque experimentemos la muerte. ¿No es eso una ganancia? De todas maneras, nadie se escapará de la muerte. ¿Por qué los ateos no pueden entender o visualizar esa ganancia? No debemos esperar más; subámonos ya, al barco de Jesucristo y vivamos para siempre con él.



No hay comentarios:

Publicar un comentario