miércoles, 13 de diciembre de 2017
sábado, 8 de julio de 2017
lunes, 19 de junio de 2017
LA GUERRA ESPIRITUAL
LA GUERRA ESPIRITUAL
El cristiano que es pasivo es
un cristiano en peligro. Tenemos todo de DIOS para vencer, pero si somos pasivos
nuestro enemigo el diablo, puede poner en nosotros un espíritu de cobardía y de
perdición que viene disimulado de dos maneras:
1) A través de la IGNORANCIA
de la guerra espiritual. Algunas personas llevan una vida cristiana como
si no existe una guerra espiritual; cuando en realidad la Biblia nos enseña que
no existe cristianismo sin conflicto espiritual (Efesios 6:11-13).
2) A través de la APATIA,
es decir, la negación a involucrarse en la lucha espiritual. Muchos cristianos miedosos
piensan que ignorando el tema de la guerra espiritual el enemigo no se meterá
con ellos. Otros argumentan los excesos que existen y los peligros de
involucrarse en la lucha espiritual. Tanto el creyente ignorante como el
apático, de una u otra manera, son soldados ineficientes para vencer en la
guerra espiritual.
Lo opuesto a esas dos condiciones negativas son la
valentía y el esfuerzo. Lo opuesto a la valentía es la cobardía; y un espíritu
de cobardía se origina después que el creyente desobedece a Dios y a su
Palabra, impidiendo al Señor ungirlo con la Unción de Valentía (ver Levítico
26:14-17; 26:36). Dios considera la cobardía espiritual como una desobediencia tan seria, que la Biblia
dice que los cobardes no heredarán el Reino de Dios (Apocalipsis 21:8). La
Biblia también en muchos lugares nos exhorta a que seamos personas de
esfuerzos; a que nos esforcemos y así Dios estará con nosotros.
ESTOS SON TIEMPOS DE DESPERTAR
A LOS VALIENTES. El Espíritu Santo lo está haciendo entre las naciones. ÉL está permitiendo
situaciones estrechas, difíciles y desérticas en Su pueblo, ¿Para qué? ¡Para
despertarlo! (Joel 3:9-11). El Espíritu
Santo puede transformar a un cobarde en un valiente espiritual. Él llena
la vida de un creyente de autoridad sobrenatural para realizar lo imposible
para la gloria de Dios. 2 Timoteo1:7 dice: «Porque no nos ha dado Dios espíritu
de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio»
El lugar de ganar las batallas es el desierto, donde DIOS
dota de valentía, convirtiendo a Sus hijos en hombres y mujeres de guerra; muy
valientes PARA PELEAR; diestros con las armas espirituales; con Autoridad y
Eficacia; aptos, idóneos; que son entendidos en los tiempos. Saben lo que
tienen que hacer y hacen la voluntad de DIOS en la tierra, como es hecha en el
Cielo (ver 1 Timoteo 6:11-15). ¡SEAMOS VALIENTES DE JESÚS Y ÉL ESTARÁ CON
NOSOTROS SIEMPRE!
Que Dios le bendiga
EL VIDEO: Guerra Espiritual
domingo, 18 de septiembre de 2016
Esta vida se puede comparar a estar nadando (existiendo) en el océano de la creación (el universo). Después de mucho nadar (existir), la persona termina ahogándose (se muere); y nadie se escapa de la experiencia de pasar por la muerte. Pero, Jesucristo dijo: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá» (San Juan 11:25). Eso es como si Jesucristo está conduciendo un barco en el océano de la creación; y él nos invitar a subirnos a su barco, trayéndonos una esperanza de seguir viviendo, aunque experimentemos la muerte. ¿No es eso una ganancia? De todas maneras, nadie se escapará de la muerte. ¿Por qué los ateos no pueden entender o visualizar esa ganancia? No debemos esperar más; subámonos ya, al barco de Jesucristo y vivamos para siempre con él.
miércoles, 14 de septiembre de 2016
COMO MEDIR SU CRECIMIENTO ESPIRITUAL
Como medir su crecimiento
espiritual
Al aprender algo nuevo acerca de Dios surge
una emoción profunda en nuestro ser. El Señor Jesús lo comprendió bien y se
preocupó porque sus discípulos tuvieran mucho que aprender durante los tres
años que estuvo con ellos. Cristo mismo personalmente supervisó su desarrollo
espiritual y emocional. Antes de su muerte, Cristo entregó a sus seguidores una
promesa formidable, al decirles: «Cuando venga el Consolador, que yo les
enviaré de parte del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, el
testificará acerca de mi» (Juan 15:26, NVI). ¡Qué promesa tan llena de
esperanza! El Espíritu de Dios no solo los guiaría a profundidades mayores de
entendimiento espiritual, sino que también les recordaría todo lo que habían
escuchado y aprendido del Salvador.
Tal y como el Espíritu de Dios estuvo con los
discípulos, consolándolos y enseñándoles, también está con nosotros hoy en día.
Cierto que hay ocasiones en que nos sentimos como si Dios no estuviera
interviniendo en nuestra vida. Sin embargo, lo está. Quizá hasta tenemos que
luchar en contra de un sentimiento de desilusión y duda, pero siempre
recordemos que Dios jamás deja de estar activo en nuestras vidas. Él sabe bien
los planes que tiene para nosotros y se ha comprometido a terminar cada uno de
ellos (1 Tesalonicenses 5:24). Ya sea que lo sentimos o no, Dios nos hace estar
más conscientes de su verdad espiritual.
domingo, 28 de agosto de 2016
MITOS SOBRE LA MADUREZ ESPIRITUAL
MITOS SOBRE LA MADUREZ ESPIRITUAL
MITO #1 SOBRE LA MADUREZ: ◄El crecimiento espiritual es automático, una vez
se haya nacido de nuevo►
Muchas
iglesias creen en este mito, porque no tienen un plan organizado para
comunicarse con los recién nacidos/convertidos. Tampoco tienen ninguna
estrategia comprensiva para desarrollar la madurez de los miembros. Ellos dan
por sentado que los cristianos automáticamente madurarán, si asisten a los
cultos de la iglesia.
LO
CIERTO ES QUE EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL ES INTENCIONAL. Exige de la persona una
dedicación al crecimiento. La persona debe desear crecer; decidir crecer; y
hacer un esfuerzo para crecer. Si el crecimiento espiritual fuera automático, a
esta fecha hubiera más cristianos en todo el mundo, ya que, con solo escuchar
una porción de una prédica, la persona comenzaría a crecer espiritualmente y
automáticamente. Sin embargo, este no es el caso.
Mito #2: ◄El crecimiento espiritual es místico, y la madurez la logran solo
unos cuantos elegidos►
LO CIERTO ES QUE EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL ES MUY
PRÁCTICO. Cualquier creyente puede madurar si
desarrolla los hábitos necesarios para el crecimiento espiritual. San Pablo con
frecuencia comparaba la preparación para la vida cristiana con la manera en que
los atletas se preparan y se mantienen en buena forma física. Es necesario
prepararnos espiritualmente. Cristo estuvo en el desierto por 40 días y 40
noches; y de seguro que allá se preparó más, espiritualmente hablando.
Nosotros
tarde o temprano tendremos que abandonar esta vida física e irnos a la vida
espiritual; y para eso tenemos toda la vida que Dios nos presta; para
prepararnos espiritualmente y estar listos para pasar una eternidad con Cristo.
Pero si no estamos listos……y sabiendo que nadie sabe hasta cuándo Dios nos
prestará la vida. Por eso hay que aprovechar el tiempo y prepararnos para una
transición suave y segura.
Mito #3: ◄El crecimiento espiritual puede ocurrir instantáneamente si tan solo se logra encontrar la clave correcta►
Muchos cristianos sinceros
pasan toda su vida buscando sinceramente una experiencia, una conferencia, un
avivamiento, un libro, o una sola verdad que los transforme instantáneamente en
un creyente maduro. Su búsqueda es inútil. LO CIERTO ES QUE EL CRECIMIENTO
ESPIRITUAL ES UN PROCESO GRADUAL DE DESARROLLO. No hay acortamientos en
el camino a la madurez. Quizás por eso Cristo solía decir: «Mi tiempo aún no ha
llegado» (San Juan 2:4).
Mito #4: ◄La madurez
espiritual se mide por lo que se sabe►
Muchas iglesias evalúan la
madurez espiritual solamente a base de cuán bien usted pueda identificar
personajes bíblicos, interpretar pasajes bíblicos, citar versículos bíblicos, y
explicar la teología bíblica. Aunque el conocimiento de la Biblia es
fundamental para la madurez espiritual, no es la medida total de ella. LO
CIERTO ES QUE LA MADUREZ SE MUESTRA MÁS CON EL COMPORTAMIENTO QUE CON LAS
CREENCIAS. La vida cristiana no es solo un asunto de credos,
convicciones y conocimiento; incluye la obediencia a Dios, la conducta y el
carácter. Por su obediencia total, Dios exaltó a Cristo hasta lo máximo
(Filipenses 2:5-11).
Mito #5: ◄El crecimiento
espiritual es un asunto personal y privado►
Esta es una aberración
(error) norteamericana con la verdad. La idolatría del individualismo en
nuestra cultura ha influenciado la manera en que pensamos sobre el crecimiento
espiritual. Mucha de la enseñanza sobre la formación espiritual se basa y se
concentra en el yo, sin ninguna referencia a nuestra relación con los demás
cristianos. Esto es totalmente no bíblico e ignora mucho del Nuevo Testamento.
LO CIERTO ES QUE LOS CRISTIANOS NECESITAMOS DE LAS RELACIONES PARA CRECER. No
crecemos en el aislamiento, sin los demás. Nos desarrollamos en el contexto de
la confraternidad.
Mito #6: ◄Lo único
necesario para ayudar a crecer es el estudio bíblico►
Muchas iglesias
evangélicas han sido establecidas sobre este mito. Algunos las llaman “iglesias
de sala de clase”. LO CIERTO ES QUE ES NECESARIA UNA VARIEDAD DE
EXPERIENCIAS CON DIOS PARA PRODUCIR LA VERDADERA MADUREZ ESPIRITUAL. Además del estudio bíblico, son necesarios
las experiencias de adoración, el ministerio, la confraternidad, y el
evangelismo. En otras palabras, el crecimiento espiritual ocurre como resultado
de la participación en todos los cinco propósitos de la iglesia.
Durante Su estadía en
Israel como persona, Cristo estuvo activo en todos los cinco propósitos de la
Iglesia. Porque él buscaba conocimiento de las escrituras (San Mateo 4:4,7),
adoraba al Padre (San Lucas 4:8), se encargaba de Su ministerio (San Marcos
3:13-19), convivía con los discípulos y la gente (San Mateo 4:40-42) y estuvo
dedicado a la evangelización (San Mateo 9:35). Los cristianos maduros hacen más
que estudiar la vida cristiana—ellos la experimentan.
Que Dios le bendiga
viernes, 19 de agosto de 2016
EL CRECIMIENTO: CONTINUACIÓN
EL CRECIMIENTO:
CONTINUACION
El crecimiento espiritual
no se da sin dolor. Cada uno de nosotros tiene que hacer frente a nuestras
propias dificultades del crecimiento. Pablo, Pedro y cualquier otro cristiano
verdadero del pasado, tuvieron que afrontar los desafíos que exigieron de ellos
el tener que crecer.
Muchos acontecimientos en
nuestros días nos obligan a examinarnos y reconocer en dónde nos hemos desviado
del ejemplo que nos dio Cristo.
Para concluir este tema, es importante
tener en cuenta que, en el crecimiento espiritual, como en todo crecimiento,
hay un proceso de maduración.
Una persona en el Reino de Dios, no nace
siendo un adulto, sino que nace (espiritualmente) siendo como un niño; y luego
vamos creciendo como hijos bajo el cuidado de nuestro Padre Celestial. Para eso nuestro
Padre Celestial dispone del Espíritu Santo.
Pedro caminó con Jesús durante tres años. Vivió los momentos más
gloriosos del ministerio del Señor. Pedro vio como Cristo sanó a los ciegos y
calmó las tormentas. Sin embargo, cuando tuvo que tomar una decisión pública
por Cristo, Pedro lo negó (Mateo 26:34).
Pero cuando Pedro recibió la promesa en el aposento alto, la
plenitud del Espíritu Santo lo capacitó para ser un testigo fiel. La lección
aquí es clara: No cambiamos porque veamos milagros y maravillas; ni porque
participamos en una hermosa celebración. Por eso Judas Iscariote, aunque vio
milagros de Cristo, nunca cambió.
Lo único que
realmente influye en la transformación es la experiencia personal con Cristo, a
través de su Espíritu Santo. Por eso debemos ir a donde está Cristo. Debemos acudir a nuestro
Salvador y Ayudador mediante el crecimiento. Este ha de ser el anhelo que surge
de cada corazón; pues estamos en el mundo para buscar de Cristo y a Cristo;
sabiendo que nuestra ciudadanía está en los cielos (Filipenses 3:20).
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