MI HERMANO TOÑO
Mi hermano Toño (Antonio)
murió en un fuego cuando él tenía 12 años de edad. Toño nació el mismo día que
yo cumplí 2 años de edad. Así que nuestros cumpleaños ocurrían en la misma
fecha del año. Dos meses antes de él quemarse, yo sentía que algo fatal iba a
ocurrir. Inclusive, yo le llegué a decir a él que parecía que yo me iba a morir
pronto (y dos meses después fue él quien murió en un fuego).
Toño y yo éramos
tan amigos, que cuando yo entraba a un baño o letrina, él también entraba; y
mientras yo hacía lo que yo tenía que hacer, él estaba ahí conmigo; y
conversábamos. Él y yo en las mañanitas nos íbamos a los mangares a buscar
mangos que caían durante la noche; porque eran árboles grandísimos que nadie se
atrevía a subirse a ellos. Eso era en nuestro pueblo.
Dos meses antes
de él quemarse, en los momentos cuando Toño encontraba un mango que le gustaba,
él comenzó con la costumbre de decir: ¡Ay que mango tan bonito! ¡Morir quemado!
Y desde entonces, de vez en cuando él decía eso de “morir quemado”. Yo no le
prestaba atención a eso, pero meses después que él murió me acordé de eso (mi
hermano no cometió suicidio; fue un accidente).
En casa de nuestra
madre, dos de mis hermanas un día estaban hablando en una habitación adyacente
a otra donde yo estaba. La casa es de madera, de modo que yo oía claramente de
lo que ellas hablaban. Pero ellas no sabían que yo estaba en esa habitación
vecina. Una de las hermanas le estaba diciendo a otra de algo raro que le pasó.
Entonces ésta (Digna) le dijo a la otra (María):
“Dicen que cuando eso pasa es
porque se va a morir un varón de la familia”. Yo escuché eso y me llené de
horror. Pues horas antes yo le había dicho a Toño (a solas) que parecía que yo
me voy a morir pronto.
Al yo escuchar a
mis dos hermanas hablar de eso, me dije yo mismo: “¡El que se va a morir soy yo! ¡Ese soy yo!” Yo estaba
seguro que Toño no le había dicho nada a Digna, acerca de los presentimientos
míos (que me iba a morir); ni ella estaba por ahí cerca para escucharme decirle
a Toño. Pero desde entonces, después de eso yo comencé a prepararme para cuando
llegue mi muerte estar listo. Sin embargo, el que murió unos dos meses después fue
Toño.
Meses después de
Toño morir, yo me acordé de esas cosas misteriosas
que pasaron. Y me llené de admiración. Pero hoy en día yo estoy convencido que mi
hermano está en el Paraíso esperándome; porque él fue un niño muy inocente;
nunca tuvo algún conflicto con otros niños; ni siquiera hacía alguna travesura de
niños.
El Paraíso es
como la oficina del Cielo. Todo el que muere en Cristo va para allá
(Apocalipsis 6:9-11). Por eso Cristo le dijo a alguien: “Hoy estarás conmigo en
el Paraíso” (Lucas 23:43). Desde que mi hermano Toño murió, yo he tenido toda
clase de sueños con él. Inclusive, en uno de esos sueños él me dijo: “Si haces
eso que piensas hacer te vas a arrepentir seriamente de haberlo hecho”. Y me
mostró en una experiencia lo mucho que me iba a arrepentir; porque en esa
experiencia yo sentí un arrepentimiento grandísimo.
Pero yo sé que
son ángeles en forma de Toño a quienes Dios les permite que se me presenten en mis
sueños; no es Toño mismo. Toño en espíritu y alma está en el Paraíso. Y no
tiene comunicación con nosotros sus familiares vivos (cuando Dios engrandeció a
José en Egipto, allá en el Viejo Testamento, Dios le prohibió a José que se
comunicara con sus familiares que vivían en el vecino Canaán. Fue cuando los hermanos
de José fueron a Egipto a comprar trigo, que entonces hubo un encuentro entre José
y sus hermanos). Pero un día Toño saldrá del Paraíso o sus familiares salvos
por la sangre de Cristo, entrarán al Paraíso a reunirse con él; y estaremos
todos juntos.
Luego cuando
Cristo regrese a esta tierra, todos los cristianos salvos estaremos juntos con
el Señor Jesús. Para celebrar el Arrebatamiento; y dar inicio a las bodas del
Cordero. Ahí estará Toño y todos sus familiares de sangre que hayan calificado
para estar con Cristo. Porque ese día será cuando Jesús se manifieste otra vez a
Su pueblo (1 Corintios 15:52).
En toda la Biblia
Católica u otras Biblias, no hay nada que indique que los familiares muertos se
comunican con los familiares vivos. Quizás Dios no permite eso debido a los
engaños de Satanás (ver 1 Pedro 5:8). Porque Satanás y sus demonios hacen hasta
lo imposible para que las almas no lleguen a estar en los lugares de Cristo
(Efesios 6:12).
Lo triste del caso
es que esos seres malignos están logrando sus propósitos. Sin embargo, hay
unos cuantos siervos de Cristo que se han vestido con la armadura de Dios, como
manda Efesios 6:13 (ver también San Mateo 24:13). Y Satanás y sus demonios no
pueden tocarlos.
Hoy en día por lo
menos el 98 por ciento de las almas que salen de las personas que mueren, sus
destinos finales son con Satanás y sus demonios. La Biblia enseña que sin
santidad nadie verá al Señor Jesús (Hebreos [RS1] 12:14); y Cristo dijo: «Porque estrecha
es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la
hallan» (en San Mateo 7:14).
Yo busqué en el
internet para saber cuántas almas llegan al Reino de Cristo y cuántas NO llegan.
Y lo que yo hallé de veras da miedo….mucho miedo. De cada 1 persona que
califica para un día estar en la presencia de Cristo, otras mil personas irán al
reino de Satanás. O sea, 1 persona para Cristo; 1000 personas para Satanás (eso
era lo que yo sentía que Dios me estaba revelando; pero yo no estaba seguro). Entonces,
la pregunta es: ¿Dónde están las obras de los pastores, de los sacerdotes y del
Papa para que eso NO sea así? Parece que la regla es: ¡SÁLVESE EL QUE PUEDA!
UN COMENTARIO DE MI
HERMANA LLAMADA DULCE:
Que
historia tan verídica, yo tenía como 8, o diez años cuando Tono murió, pero yo
me acuerdo muy bien de él y siempre lo tengo en mi recuerdo, que era un niño
muy sano e inocente y él te obedecía a ti mucho. Yo también pienso que él está
en el reino de Dios. En la semana pasada estaba yo recordando cuando tu y él
iban a la finca a achicar las vacas, recoger las leñas y a él le encantaba
majar el arroz porque mama le daba el concón del arroz a él. De repente me reí
recordando a Toño. Hoy leo tu escrito acerca de nuestro hermanito Toño y vino
a mí nuestras infancias allá en nuestro pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario