sábado, 30 de julio de 2016

SAN JUAN 1:1

Versículo San Juan 1:1

«En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios» (Biblia Reina-Valera 1960)

El versículo San Juan 1:1 se puede dividir en dos: a) De quien se habla; y b) Lo que se dice de esa persona. Vamos a ver de quien se habla: Se habla del Verbo o Pa­labra viva. Esta declaración acerca del Verbo se halla exclusivamente en los escritos de Juan el Evangelista. Cuando Cristo andaba entre los judíos se enseñaba que “la Palabra de Dios” es una misma cosa que Dios. ¿Por qué Juan el Evangelista llama a Cristo el Verbo? Porque Jesús es «El Unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer», tal como lo dice el versículo San Juan 1:18.

Hay dos clases de palabras:
1) La palabra que se piensa; y,
2) la palabra que se expresa.

La palabra que se piensa la llamamos concepto; y es el producto de lo que concebimos en la mente. En este sentido, Cristo es perfectamente llamado el Verbo de Dios, porque es el Unigénito Hijo del Padre; que conoce a Dios como a Sí Mismo. Además, en Su mente infinita, Dios tiene a Cristo como su Hijo Unigénito o Único.

El famoso filósofo francés, René Descartes, decía: «Pienso, luego existo» Esa era la base de su filosofía, ya que de nada estaba tan seguro como de que pensaba. Ahora, si eso ocurre en un ser humano, ¿Que podemos decir de la mente divina, cuyo concepto es una Palabra viva y sustancial? En Mateo 3:9 leemos que «...Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras» Eso es porque las palabras pensadas por Dios son palabras vivas. Por eso Jesucristo es el Verbo de Dios; y verbo significa “acción” (principalmente en gramática). Por tanto, las palabras pensadas por Dios conllevan “acción” también.

Dijimos que hay dos clases de palabra, y hemos estado tratando la palabra que se piensa. Dijimos que la otra clase de palabra es la palabra que se expresa al exterior; pues es un medio de comunicación de lo que pensamos. Y mediante ella nos relacionamos con las demás personas. En este sentido, Cristo es la Palabra de Dios; y de eso nos habla la Biblia en Hebreos 1:2, ya que en ese versículo leemos que «En estos últimos días nos ha hablado [Dios] por medio del Hijo» O sea, que Jesucristo nos ha hablado en lugar de Dios, acerca de lo que Dios quiere decirnos (ver Éxodo 20:18 y 19).

Cuando declaramos algo con la boca por medio de palabras, se dice que se ha dicho verbalmente. Por tanto, según Hebreos 1:2 Dios nos ha hablado verbalmente por medio de Jesucristo; y esto determina que Je­sucristo es el Verbo. Recordemos que cuando estábamos en la escuela, en los primeros cursos aprendimos que el verbo es la parte activa en una oración gramatical; es lo que le da sentido a la oración. Asimismo, Cristo da sentido a las cosas de Dios; porque él nos habla en lugar de Dios para que entendamos quién y cómo es Dios; y la vez, nos pone en claro la mente de Dios con respecto a nosotros.

Es importante notar que sólo Cristo podía declararnos con toda precisión, exactitud y profundidad la mente de Dios; y eso es porque:
1) Solo Cristo conoce exhaustivamente a Dios. En Mateo 11:27 Jesús dijo: «...Ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar»
2) En todo lo que hacia y decía, Cristo era Dios manifestado en carne humana, lo cual está respaldado por lo que leemos en 1 Timoteo 3:16 que dice: «Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria»

Por tanto, Cristo es la Palabra de Dios Encarnada, como se ve en Juan 1:14. Es decir, que Cristo es la traducción más exactamente posible de Dios al lenguaje humano; de tal modo que quien ve a Jesús, ha visto a Dios, tal como leemos en Juan 14:9. Podemos decir que Juan el Bautista era una voz (San Juan 1:19-23); pero Cristo es el Verbo (o Palabra); y el verbo siempre conlleva acción.

Ya para finalizar, en Juan 1:1 leemos: «En el principio era el Verbo» Esto nos declara la existencia de Jesucristo, no solo antes de encarnarse, sino Su existencia desde toda la eternidad. El mundo existe desde que Dios lo creó, pero el Verbo ya existía antes de eso; aun antes de que Dios pusiera el tiempo en marcha. Los científicos dicen que el tiempo comenzó a transcurrir, cuando apareció el universo (aunque la mayoría de ellos no quieren creer que Dios creó el universo). Pero el que era en el principio (Jesucristo) no comenzó cuando el tiempo y el universo empezaron a existir. Sino antes de eso porque para entonces ya existía.

También en San Juan 1:1 leemos: «Y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios» Esto quiere decir que Jesucristo coexistía con Dios.

Dios les bendiga y les guarde a todos.


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