martes, 9 de agosto de 2016

EL PARAÍSO Y EL ÁRBOL DE LA VIDA


El PARAÍSO Y EL ÁRBOL DE LA VIDA


El tercer pasaje de la Biblia que nos habla del paraíso lo encontramos en Apocalipsis 2:7, que dice: «El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré de comer del ARBOL DE LA VIDA, el cual está en medio del PARAISO DE DIOS»


Observe que EN MEDIO del PARAISO está EL ARBOL DE LA VIDA. Este detalle, del ARBOL DE LA VIDA (en medio) del PARAISO, es clave para entender mejor qué es el Paraíso ofrecido por Jesús al BUEN LADRON (San Lucas 23:43). Averiguando en qué otros pasajes del Nuevo Testamento encontramos ese misterioso ARBOL DE LA VIDA, se halla también en Apocalipsis 22:2,14. Estos dos versículos dicen: «EN MEDIO de la calle de la CIUDAD, y a uno y otro lado del río, estaba el ARBOL DE LA VIDA...bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas de la CIUDAD»


Comparemos con atención los textos de Apocalipsis 2:7 y Apocalipsis 22:2,14, porque ambos textos nos dan mucha luz sobre el llamado PARAISO DE DIOS. Aquí hay 4 puntos:

1) EL ARBOL DE LA VIDA está en medio del PARAISO DE DIOS (Apocalipsis 2:7);

2) EL ARBOL DE LA VIDA está en medio de la calle de LA CIUDAD (Apocalipsis 22:2);

3) EL PARAISO es una CIUDAD, puesto que se nos dice que el ARBOL DE LA VIDA está en medio del PARAISO y en medio de la calle de la CIUDAD (Puntos 1 y 2);

4) Los cristianos verdaderos están llamados a entrar por las puertas (Apocalipsis 22:14) de dicha Ciudad Celestial, donde está el árbol de la vida.


EL PARAISO Y LA CIUDAD

Con lo anterior, queda demostrado que el Paraíso está estrechamente ligado a la ciudad celestial (en el TERCER CIELO). Nosotros, como cristianos, somos ciudadanos de esa ciudad celestial; pues San Pablo afirma que «Nuestra ciudadanía está en los cielos....» (Filipenses 3:20). Y obviamente la palabra ciudadanía tiene que ver con una ciudad. En nuestro caso, somos ciudadanos de la CIUDAD llamada PARAISO que está en el TERCER CIELO.


LA CASA DE DIOS

Todo lo dicho hasta ahora tiene que ver con LA CASA DE DIOS. Nuestro Padre celestial nos hizo a «Su IMAGEN Y SEMEJANZA» (Génesis 1:26). Es decir, Dios es un Padre de Familia (Leer Efesios 2:19). Así también los hombres forman familias y se convierten en padres. Dios tiene su Casa Propia en donde vive (Salmo 26:8). Así también el hombre edifica una casa en donde vive con su familia (Leer Isaías 65:21). Recordemos que Jesús habló de «LA CASA DE MI PADRE», en Juan 14:2,3; y en 2 Corintios 5:1 Pablo dice que: «….tenemos de Dios un edificio, UNA CASA no hecha de manos, eterna, en los cielos»


Por otro lado, es interesante lo que el Autor del Libro a los Hebreos dice con las siguientes palabras: «Fue, pues, necesario que las FIGURAS DE LAS COSAS CELESTIALES fuesen purificadas así; pero las COSAS CELESTIALES MISMAS, con mejores sacrificios que éstos. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, FIGURA DEL VERDADERO, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios» (Hebreos 9:23,24). Lo que el Autor de Hebreos revela aquí es que en el cielo hay COSAS; como, por ejemplo, un santuario verdadero.


También Hebreos 8:1,2 nos habla del tabernáculo que Dios levantó en el Cielo, y no el hombre. Igual ocurre con la ciudad celestial, «CUYO ARQUITECTO Y CONSTRUCTOR ES DIOS» (Hebreos 11:10).


Sí, mis hermanos espirituales, en el Cielo HAY COSAS REALES o VERDADERAS hechas por las manos de Dios. Ese tabernáculo de Dios, donde Él mora, nos incluirá a nosotros; pues la Biblia dice que: «Dios estará con los hombres, y él MORARÁ CON ELLOS» (Apocalipsis 21:2,3). Por tanto, es evidente que los justos permanecerán con Dios (Salmo 140:13), allá en la Ciudad Santa, o Paraíso, en el TERCER CIELO. Entonces, los justos entrarán a la Ciudad llamada Paraíso (Salmo 118:19,20; Apocalipsis 22:14).


CONCLUSIÓN:

Está claro que el Paraíso tiene que ver con una CIUDAD celestial, que está en el TERCER CIELO; y que también es llamada CASA DE DIOS. Y también es claro que este Paraíso o Ciudad celestial estará disponible para que los salvos puedan entrar en él y al Cielo; y morar con Dios. Algunos cristianos creen que este Paraíso o Ciudad Celestial bajará del Cielo para radicarse en esta tierra; y para eso citan Proverbios 11:31.


Aquí incluyo la liga en YouTube de un hermoso canto llamado “Dame Señor un Corazón de Niño”, de Máximo Paitán.



Que Dios le bendiga ricamente

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